Personas al borde de un ataque de nervios
Tras más de 40 días ya de confinamiento, hemos pasado por todo tipo de sentimientos y altibajos. Estados psicológicos distintos, que nos hacen vivir en una continua película de «Almodovar«. Pasando de la risa al llanto, en cuestión de segundos. ¿Es esto algo normal? ¿Le ocurre a todo el mundo?
Evidentemente, cada persona gestiona la situación de una forma, aunque todos pasemos por las siguientes situaciones, incluso a veces, varias en el mismo día:
Días de «subidón». Son esos días que te levantas y tienes ganas de hacer cosas, incluso deporte. Hacemos videollamadas, nos tomamos varias copas, nos montamos la fiesta en casa, nos ponemos a cantar como loc@s. Los cuales, incluso, nos hemos arreglado un poco más o ,incluso, pintado (aunque solo un poco) solo para sentirnos y vernos más atractivos.
Días depresivos. Esos en los que no vemos nada positivo en el confinamiento, donde todo es negro, no nos quitamos el pijama, no nos peinamos, bebemos para olvidar, lloramos sin saber por qué…
El día se nos hace largo y solo tenemos ganas de dormirnos y despertar cuando todo haya acabado. Días en los que te gustaría que la tierra te tragara y te escupiera en el verano de 2021, en una playa a 30 grados y una cerveza fresquita.
Días filosóficos. Esos en los que parece que seamos discípulos de Sócrates o Platón. Nos ponemos a pensar en nuestra existencia, en que la vida nos está poniendo a prueba, nos ha dado este «kit kat» para que valoremos más las cosas. Que nos damos cuenta de las cosas que podíamos hacer antes, y ahora no podemos, pero nos morimos por hacer. Momentos que siempre vienen seguidos de: «cuando esto acabe voy a hacer…»; » cuando pueda salir voy a abrazar más, a besar más, a vivir más».
Días de descubrimiento. Esos en los que aprendemos a cocinar algo que no sabíamos, a jugar a juegos que desconocíamos, a saber cómo somos cuando no salimos de casa en tiempo.
También de ver nuestros límites (solos o en pareja), a valorar si estamos viviendo la vida que queremos, si nuestro trabajo nos hacía feliz. Pero sobre todo, el mayor descubrimiento es: el retorno de los EX, exrollos, exnovios/as, «ex-periencias del más allá». Y es que no entendemos que tiene este virus o el estar encerrado en casa, pero muchos vuelven a escribir a esas personas que en un pasado formaron parte de tu vida, pero que dejaste atrás por alguna razón. ¿Qué está pasando? ¿Estamos perdiendo la cordura o simplemente la soledad nos hace buscar a alguien para no sentirnos solos?
¿Será verdad que en ese tiempo se han dado cuenta de las cosas? o ¿todo volverá a nada cuando todo esto termine? Muchos dicen: «quédate con quien ha estado en el confinamiento» ¿Hasta qué punto podemos aplicar esto?
Días de realización. Días que haces deporte para sentirte autorealizada, que piensas en las cosas que vas a cambiar a partir de ahora, que te pones metas en la vida, que empiezas a ver el final del camino, que sabes que todo pasará, y pronto saldremos. Y en esos días, aprendes a vivir en paz en confinamiento. Aunque solo sea por un día, porque pronto volvemos a empezar todas las fases, y como hemos dicho antes, a veces, tenemos distintas fases en el mismo día.
Y es que todo esto es algo normal. Nos han privado de lo más valioso: nuestra libertad, nuestra vida , nuestro día a día. Y al realizar este cambio, también cambia nuestro interior. Pese a que tengamos todo lo que necesitamos, o incluso más, porque tenemos bastante entretenimiento a nivel de redes sociales, series y programas de televisión. No tenemos a nuestra gente, ocio, paseos, momentos, seres queridos, libertad.
Pero solo nos queda pensar que pronto volveremos a soñar, a salir, a ver a esas personas, abrazarnos, besarnos, recuperar todo aquello que se nos ha arrebatado de la noche a la mañana, aunque tal vez no volverá todo, pero seremos felices con menos.
¿Tú también tienes estás fases? ¿En cuál pasas más tiempo?
DIVANATE
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Foto: Cuadro de Philip Barlow